Un deseo fugaz

Desde bien pequeños nos hablan de estrellas fugaces.

La historia más famosa suele ser la de que una estrella fugaz guió a los 3 reyes magos de oriente por el desierto, hacia El portal de Belén para ver al niño Jesús, y entregarle oro, incienso, y mirra.

 Entonces nos las imaginamos como estrellas viajeras, que van de un lugar a otro sin detenerse en ningún momento. Es agradable imaginárselas así. Pero, ¿qué son realmente?

Para entenderlo, primero tenemos que saber qué es un cometa. Que no son mas que cuerpos celestes constituidos principalmente por roca y hielo. Y que poseen por lo general órbitas muy alargadas alrededor del sol. Esto hace que su periodo orbital sea de muchos años.

La aparición en el cielo de cometas fue durante civilizaciones presagio de desgracia, dependiendo de las creencias podían traducirse en hambrunas, o enfermedad.

  Fig. 1 Emperador azteca Montezuma observando un cometa
                                                              

Cuando están lejos del sol, solo se ven como una enorme roca vagando por el espacio, pero al acercarse al sol, el hielo pasa directamente a estado gaseoso, formándose así la famosa cola con la que aparecen los cometas en el cielo. ¿Quién no escuchó nunca hablar del cometa Halley? Es sin duda el más famoso de los cometas, aparece en el cielo a cada 75 años. Ahora toca esperar hasta 2061 para observarlo de nuevo.

  Fig.2 Cometa Halley (fuente: www.astromia.com)
                                                                     

Pero y entonces, ¿que tiene que ver todo esto con las estrellas fugaces? Pues bien, las colas de los cometas al evaporarse, dejan restos del propio cometa en su trayectoria alrededor del sol, y es cuando nuestro planeta atraviesa dicha trayectoria cruzándose con pequeños fragmentos del cometa, los cuales entran en nuestra atmósfera calentándose y a mucha velocidad, creando así el efecto de las estrellas fugaces.

El tamaño de estos fragmentos, conocidos como meteoros, no es superior a una pequeña piedrecilla, o algunos son incluso como granos de arena, pero que al calentarse a su entrada en la atmósfera dejan así su característico haz luminoso.

A lo largo del año, la tierra cruza varias trayectorias de cometas, produciéndose así las famosas lluvias de estrellas.

Estas son las fechas para observarlas en este 2018:



Y claro, sabiendo esto, ya podemos deducir que las estrellas fugaces no salen en cualquier lugar en el cielo, si no que tienen un foco localizado. Estos focos coinciden con algunas constelaciones del cielo, con las cuales se les da nombre a las diferentes lluvias de estrellas. Por ejemplo, para ver las Oriónidas tenemos que buscarlas fijándonos en la constelación de Orión, una de las más fáciles de reconocer en nuestro cielo invernal.

 Fig.3 Representación de las Oriónidas en el cielo

                                                                     

Un dato interesante de las Oriónidas es que como bien marca la tabla anterior, los pequeños meteoros de esta lluvia de estrellas vienen del famoso cometa Halley, y aunque tengamos que esperar hasta 2061 para poder verlo, tenemos todos los años la oportunidad de ver un pedacito de este cometa.


 Fig. 4 Fotografía durante una lluvia de estrellas (fuente: www.xataka.com)

Y además las lluvias de estrellas se pueden incluso fotografiar. Utilizando una cámara réflex en larga exposición pueden quedar unos resultados realmente increíbles.

Dicen que si ves una estrella fugaz tienes que pedir un deseo rápido. Sabiendo donde mirar se pueden pedir todos los deseos que queramos. Y se cumplan o no, es un espectáculo digno de ver al menos una vez al año.


                                                                         
                                                                                                 
















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